Normalmente, cuando se planea un aeropuerto de más de 11,000 acres, las preocupaciones ambientales se acumulan como el tráfico en la pista durante una tormenta de hielo. Sin embargo, el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México podría ser una excepción a la regla en ese sentido.
Tal como está ahora, el nuevo aeropuerto se está diseñando utilizando las mejores prácticas respetuosas con el medio ambiente. En un anuncio reciente del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dijo que el proyecto de 50 años de duración se ubicará a seis millas del actual aeropuerto de la Ciudad de México en 11,400 acres del antiguo lecho del lago. El aeropuerto contará con seis pistas con capacidad para atender a 32 millones de pasajeros al año.
Aparte de su gran tamaño, el secretario de Medio Ambiente, Juan Guerra, dice que el aeropuerto contará con iluminación y ventilación natural, electricidad de plantas de biogás, su propia planta de tratamiento de agua, así como otros ejemplos de los principales estándares de sostenibilidad. Continuó diciendo: “El aeropuerto contribuirá a mejorar el medio ambiente y la calidad de vida en el valle de México. No solo será un aeropuerto sostenible… (también) contribuirá a la restauración del área circundante”.
Los planes del aeropuerto no solo incluyen un nuevo estándar de sostenibilidad ambiental en un proyecto de construcción a gran escala, sino que también están diseñados para volver a desarrollar el terreno que rodea al aeropuerto. El proyecto incluye la rehabilitación de miles de acres que rodean el aeropuerto con lagunas para recolectar agua de lluvia y evitar inundaciones. El Comisionado Nacional del Agua, David Korenfel, dijo que se construirán hasta seis lagos artificiales adicionales en el área, un área que actualmente tiene tres como parte de una iniciativa de prevención de inundaciones.
Sin embargo, no todos están entusiasmados con el nuevo plan. A Gustavo Alanis, director del Centro Mexicano de Derechos Ambientales, le preocupa que “Todos los proyectos, especialmente los de esta naturaleza, van a tener un impacto (en el medio ambiente) y conllevan riesgos y eso no debemos minimizarlo ni dejarlo de lado. ” Sus principales preocupaciones son que los hábitats de varias especies de aves diferentes, incluidas las garzas y los patos, podrían estar en riesgo. Alanis también está preocupada por los problemas de ingeniería y los riesgos asociados con posibles inundaciones, además de construir en una zona sísmica importante.
Varias organizaciones no gubernamentales han pedido a las autoridades mexicanas que abran un diálogo público sobre el impacto ambiental del proyecto. El coordinador del nuevo plan aeroportuario, Manuel Ángel Núñez, dijo que el estudio de impacto ambiental está listo para su revisión. Los planes de diseño están programados para ser entregados a la Secretaría de Medio Ambiente la próxima semana y corresponderá a las autoridades ambientales federales hacer público el informe.